Durante los cinco años transcurridos, a partir del inicio del pontificado del papa Francisco, -del 2013 al 2018- el número de católicos bautizados en el mundo, pasaron de 1.254 millones a 1.329 millones, un aumento del 6%, son los datos publicados en el Anuario Estadístico de la Iglesia.
Comparando estos datos con la evolución de la población mundial, que en el mismo período pasó de 7.094 millones a 7.496 millones, se observa que la presencia relativa de católicos aumentó ligeramente del 17,68% al 17,73%.
El análisis geográfico de las variaciones en el período examinado muestra un aumento significativo de alrededor del 18% de católicos en África, que en cambio aumentó su población en poco más del 15%.
La comparación entre los dos porcentajes destaca la eficacia de la actividad pastoral en los países africanos. Incluso en el continente americano hubo un aumento de católicos superior al de la población (4,6% contra 4,4%).
El aumento de católicos asiáticos en comparación con el de la población (7,6% frente a 4,4%) se contrasta en Europa con un descenso del 0,4% de católicos frente a un pequeño aumento de la población del 0,2%.
En Oceanía, en cambio, hay un aumento significativo de católicos frente al de habitantes (9,6% contra 8,1%).
La presencia de católicos, a finales de 2018, es radicalmente diferente en las distintas áreas geográficas: va desde el 63,7% de católicos presentes en la población de América, hasta el 39,7% en Europa, hasta el 3,3% en el asiático.
Si la presencia de católicos a nivel planetario da como resultado una situación cercana a la estacionariedad en el tiempo, en cada área continental - y en particular en África y América - la tendencia es hacia un crecimiento lento.
Es probable que el resultado aparentemente contradictorio se atribuya a la preponderancia demográfica de Asia, donde la presencia católica parece pequeña.