Al celebrar este lunes 2 de noviembre a Todos los Fieles Difuntos, el obispo auxiliar de San Isidro, monseñor Guillermo Caride, envió un mensaje a la comunidad diocesana.
Este año “lo hacemos en el marco tan particular de la pandemia, que también nos ha afectado en el modo de poder vivir ese momento, que es cuando fallece alguien cercano a nosotros. Nos ha impedido estar cerca; rezar juntos; abrazarnos, darnos ese espacio para empezar a asumir la ausencia de quién queremos”, comenzó diciendo el obispo.
Luego, refiriéndose a la diócesis de San Isidro, expresó que "hemos tenido este año también la muerte, el padre Alejandro Gagliardo, del padre Guillermo Rostom, hace pocos días; también de nuestro obispo, Miguel Ángel D’Annibale, y de tantas personas que podemos tener en el corazón, por eso quiero invitarlos, a que este lunes podamos hacer un espacio para la oración".
Animó a “pasar un momento por un templo a rezar; participar en los lugares donde están habilitadas unas celebraciones de la Eucaristía, o a través de internet, algunas celebraciones", para rezar por esos difuntos que están en el corazón de cada uno.
Hacia el final de su mensaje, monseñor Caride invitó a "rezar por todos nuestros hermanos que han fallecido durante este año, y tener presentes también a todas las personas que quizás no conocemos, pero que han vivido su muerte en soledad, que también por esta pandemia no han podido tener una mano o un rostro amigo y querido en el momento de la muerte, por eso los invito a que este lunes podamos tener presente a todas las personas que han fallecido durante este año tenerlas presentes en nuestra oración"